Con motivo de las celebraciones de las fiestas patrias que se llevaron a cabo la semana pasada, esta semana le traemos la historia detrás de uno los platillos más finos y representativos de la alta cocina mexicana, cuyo origen se remonta a la época de la Independencia de México, y que además lleva los tres colores de la bandera mexicana: verde, blanco y rojo. Se trata de los tradicionales chiles en nogada.
El 27 de septiembre de 1821, el Ejército Trigarante –a cargo del general Agustín de Iturbide –entró triunfante a la Ciudad de México en medio de una gran celebración. Al día siguiente se llevó a cabo la firma del Acta de Independencia en el Palacio Nacional. Iturbide se convirtió en un héroe nacional, y más tarde, se convertiría en el primer emperador de México.
Según algunos historiadores mexicanos, las monjas agustinas del convento de Santa Mónica, en Puebla, decidieron crear un platillo especial para honrar y celebrar el triunfo del general Iturbide. Fue así como nacieron los famosos chiles en nogada.
El ingrediente principal de este platillo es el chile poblano, los cuales se asan directamente en la flama de la estufa, para que el fuego vaya quemando su piel. Una vez pelados y sin semillas, los chiles se rellenan con un delicioso picadillo elaborado a base de carne de res o de cerdo, cebolla, ajo, jitomate, fruta de temporada, nueces y especias. Ya rellenos, los chiles se capean en una mezcla de huevo batido para después freírse. Antes de servir, los chiles se bañan en una salsa blanca elaborada a base de nueces de Castilla, y se adornan con semillas de granada y perejil picado. El resultado es un platillo que es símbolo de la cultura mexicana –colorido, exquisito y hermoso.
En dónde comerlos: Si usted se encuentra de visita en la Ciudad de México, entonces no puede dejar de comerse unos tradicionales chiles en nogada en El Cardenal. Fundado en 1969, este restaurante mexicano es famoso por sus chiles, además de ser uno de los favoritos entre los empresarios y políticos mexicanos. ¡Buen provecho!